Sadhguru: «Pradakshina» significa circunvalar caminando. «Circunvalar» significa rodear en el sentido de las manecillas del reloj, en particular en el hemisferio norte. En el hemisferio norte del planeta, este es un fenómeno natural. Si observas con atención, muchos fenómenos naturales al norte del ecuador giran en el sentido de las manecillas del reloj, y en el sentido contrario al sur del ecuador. Esto no solo ocurre con el aire o el agua, el sistema energético mismo funciona de esta forma.

Por esta razón, si estás en un lugar cargado de energía en el hemisferio norte, debes rodearlo en el sentido de las manecillas del reloj si quieres beneficiarte de o absorber la energía. Si quieres beneficiarte más, tu cabello debe estar mojado. Si quieres beneficiarte aún más, tu ropa también debe estar mojada. Si quieres beneficiarte todavía más, debes rodearlo sin ropa. Pero, probablemente, llevar la ropa mojada sea mejor que ir sin ropa, porque el cuerpo se seca muy rápido. La ropa permanece mojada por mucho tiempo. Así que, llevar la ropa húmeda es la mejor forma de circunvalar cualquier espacio energético porque así lo recibirás mejor; así tu receptividad está al máximo.

Por esta razón todo templo tenía un cuerpo de agua que, generalmente, era conocido como Kalyani. En Tamil Nadu, se llama Kulam. Se supone que debes zambullirte en él y recorrer el templo con la ropa húmeda para recibir las energías del espacio consagrado de la mejor manera posible. Pero hoy en día, la mayoría de los Kulams, o se han secado o, en su mayoría, están sucios.

Un vórtice de energías

Cuando vas en el sentido de las manecillas del reloj, te estás moviendo con ciertas fuerzas naturales. Todo espacio consagrado funciona como un vórtice, es decir que reverbera y también atrae. De las dos formas ocurre una mezcla entre lo que llamamos divino y a lo que nos referimos como el propio ser. La idea en esta cultura es que no deseamos conocer a Dios; no queremos ir al cielo y sentarnos en su regazo. Aquí, queremos volvernos Dios; somos gente muy ambiciosa. No buscamos ver lo divino. Queremos realizarnos y volvernos lo divino. La idea de estar en un espacio consagrado es permitir que suceda esta transacción constantemente, hasta que, poco a poco, el mismo cuerpo se vuelva como un ente divino. Si así lo deseas, puedes mantener el cuerpo como una bestia. O puedes convertirlo en una forma sagrada o divinidad.

Rodear un espacio consagrado en el sentido de las manecillas del reloj es una forma sencilla de recibir esta posibilidad. Particularmente del ecuador hasta los 33 grados de latitud, esto es muy intenso. Por eso hemos construido la mayoría de los templos dentro de esta región, porque aquí es donde se obtiene el máximo beneficio. Se puede ver claramente que, a medida que uno va hacia el norte, los templos fueron diseñados principalmente para la devoción. En el sur, el aspecto de la devoción está ahí, pero lo más importante es que fueron construidos científicamente de una manera particular —estructuras magníficas que tardaron varias vidas en crearse—.

Un tipo de humanidad diferente

Muchos templos requirieron varias generaciones para ser construidos. Por ejemplo, el templo de Kailash en Ellora, que fue construido por los Rashtrakutas, tomó 135 años de trabajo. Lo que quiere decir que cuatro generaciones trabajaron siguiendo exactamente el mismo plan, sin modificar ningún detalle. Eso requiere un tipo distinto de humanidad. Hoy en día, la humanidad entera se ha vuelto de tal manera que, no importa qué les des, quieren hacer alguna innovación tonta. No importa cuán absurda sea, quieren dejar su huella en todo. Se construyeron templos tan magníficos, pero nadie dejó un nombre ni inicial en ninguna parte para decir: «Yo lo hice». Simplemente trabajaron y murieron sin completarlo. La siguiente generación lo continuó, trabajó y murió sin completarlo. Luego llegó la siguiente generación; trabajaron y murieron. Sabían que alguien lo iba a completar.

Este es un tipo de humanidad diferente. Queremos producir ese tipo de personas, porque esas son las personas que harán cosas verdaderamente valiosas para la humanidad. Queremos producir ese tipo de humanidad que tenga cualidades divinas. Y cuando digo «cualidades divinas»... Esta es una creación tan magnífica, pero ¿acaso el Creador dejó Su firma en algún lugar? No. Se mantiene tanto al margen, que podemos sentarnos aquí y debatir si realmente existe un Creador o no.

Crédito de imagen: Krishna Pushkarini, Hampi.Fuente Wikipedia